Y viceversa...

Día...Jueves.

¿Aún escribes cuándo estas triste? dijo, dando un  vistazo rápido a la pantalla. Tiempo atrás esa pregunta hubiera obtenido un ''sí'' que provocaría su mueca, esa que ahora se pintaba en mi cara justo terminada su oración.

<<¿Has sentido como cada paso que diste se regresa al inicio del piso y un balde de recuerdos resbalan por tu columna, como miel? Las letras que no se leyeron, las que nadie contestó, las que no dedicaste... el llanto que ahora sabe a éxito pero antes solo eran desvelos y alcohol. Como regresan los paisajes y los dejas ir en blanco y negro como postal que nadie recibió.¿Has sentido como todo sale de sus cajas y comienza a retumbar en tu cráneo, intentando romper tu silencio que comienza a delatar tus pensamientos?>>

Sonrio.

Mueca convertida en respuesta.

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DIARIOS

tantas veces he escrito así

tantas que la tinta era sal

que el verso amenazaba con jamás terminar

¿Por qué habrían de preocuparse si se escribe estando triste?

Viceversa.

¡Peor!

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-No...-

Cena para una...

Inspiración!

Desaparecí en la sombra de mis letras
debería comenzar el texto con la ruta para llegar a mí pero no la hay...
Esta noche podemos desgastarla leyendo cada verso
y ninguno llega
más bien, se alejan
Debería comenzar el texto diciendo que estoy bien
que esto solo es una ruta de evacuación
que cuando el alma esta en sismo
lo más recomendable es taparse los ojos
y caminar hacia el vacío
con la esperanza de volar.
Desaparecí donde nadie ha de encontrarme
pero todos me saben ahí
de alguna manera
de alguna forma
pero jamás como quisiera.
Debería comenzar por gritar pero solo sé escribir